7 junio 2018. Jueves de la IX semana del Tiempo Ordinario – Puntos de oración

También en tiempos de Jesús, había escribas que buscaban la verdad, y como consecuencia se hacían preguntas y cuestionaban su vida… Hoy nos encontramos con el caso de uno de estos personajes… No viene a Jesús poniendo trampas, no viene con preguntas de doble sentido, sino que viene con una inquietud en su alma, y Jesús responderá a la misma con profundidad y suma claridad…
¿Y nosotros, nos hacemos también preguntas como la de este escriba en nuestra oración personal...? No hace mucho me comentaba un alma consagrada, el bien que le había hecho el seguir unas pautas de preguntas fundamentales en su oración diaria… Creo que es necesario, de vez en cuando, el que nos cuestionemos un poco…
Por ejemplo:
1.    ¿Qué consecuencia conlleva en mi vida mi oración diaria?
2.    ¿Salgo de la oración con algún compromiso concreto para ese día...?
3.    ¿Qué es lo que más me impacto del Evangelio que medito...?
4.    ¿Alguna vez me pregunto sobre la calidad de mi vida cristiana...?
5.    ¿Qué arroja diariamente el examen de mi oración...?
Si nos fijamos en la respuesta de Jesús a este escriba, nos damos cuenta de que por dos veces aparece el verbo AMAR. Lo primero es amar a Dios y después amar al prójimo… En esto resume Cristo todos los mandamientos… Hoy puede ser un buen momento para que “nos examinemos en el amor” y descubramos si realmente estamos amando, si amamos de verdad y en verdad… ¿Cómo saberlo? Hagamos lo mismo que hizo el Papa Francisco cuando nos quiso hablar de la santidad en su Exhortación Gaudete et exsultate, miremos a las Bienaventuranzas:
¿Soy pobre de espíritu?
¿Por quién y por qué lloro?
¿Soy manso?
¿Tengo hambre y sed de justicia?
¿Soy misericordioso?
¿Soy limpio de corazón?
¿Busco la paz?
¿Alguna vez he sufrido persecución en mi vida cristiana?
¡Y no te olvides, si no nos examinamos ahora sobre el amor, nos examinarán al final de la vida, cuando ya no podamos amar...!

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