Elías debió de ser uno de los primeros corredores de fondo de la
historia. Corrió delante del rey Ajab, que iba en carro de caballos, y llegaron
a Yezrael a la vez… Eso sí, dice la escritura, que fue con “la fuerza del
Señor”. Supongo que hoy lo considerarían como “doping divino”. Pero no, el
cristiano no hace trampas en las cosas humanas. Se lo curra como el resto y si
quiere ganar algo se entrena. No rehúye la lucha, ni el trabajo, pero sí debe
saber reconocer que la fuerza para conseguir sus objetivos viene del Señor. La
lluvia caerá sobre Israel no cuando quiera el rey Ajab, sino cuando quiera el
Señor
Todos los
hombres podemos disfrutar de los bienes que el Señor regala abundantemente. El
salmo de hoy se encarga de recordarnos algunos de esos dones, tanto materiales,
por ejemplo, los pastos, como espirituales, por ejemplo, la alegría. El
cristiano reconoce que Dios es el dador de los bienes y actúa en consecuencia:
agradece todo y lo cuida todo. Si tienes la posibilidad de hacer hoy un rato de
oración paseando por los campos será un regalo para ti: los trigales y demás
cereales son como mares verdes preñados de espigas y grano, las flores llenan
de color los parques y jardines, los árboles se balancean al ritmo de los
vientos y tormentas de primavera, los vencejos revolotean alegres por las
tardes buscando alimento… Explota de vida todo en estos días previos al verano.
¡Oh Dios, tú mereces un himno en Sion!
Este rato
de oración, que sea para reconocer los bienes recibidos de Dios, para constatar
que toda nuestra fuerza la recibimos de Dios, que los éxitos que conseguimos
son de Dios…, que si somos hijos de Dios, es que todos somos hermanos y que no
podemos andar con pleitos y con guerras entre nosotros…
Nos avisa
Jesús en el evangelio de hoy, que antes de presentarle una ofrenda apañemos
nuestras relaciones con los demás. No hay que quedarse parado en la
complacencia de la belleza. Precisamente la contemplación de la belleza y de
los regalos de Dios nos tiene que llevar a entregarnos más al otro: Olvidándose
de uno mismo, acordarse de los demás.
Te resumo:
- Dios da la fuerza
- Dios da la belleza
- Dios da la paz