24 de diciembre 2018 – Puntos de oración


¡Por fin, llegó el Señor! Fuera los pregoneros, los anuncios, los avisos, los intermediarios, ¡Chis! Silencio, dejadme solo, en vivo y en directo, mi Niño, mi Dios pobre y humillado, mi Manuelito, lloriqueando, embobado con María, pendiente de José…y sin dejar de mirarlos yo me voy adaptando para verle, contemplarlos,… hasta que, por fin, se fija en mí. ¡Mirada tierna, misericordiosa, suplicante, pobre, sencilla, humilde, es un bebé, inocente y desvalido, puro, limpio, lleno de amor, antídoto de la corrupción, transparencia, luz, fuego, amor, coherencia! Y si te queda tiempo y no te basta con dejarte mirar por la Palabra viva, paladea los sabrosos textos de la Escritura:
1. “El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz; sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz. Tú has multiplicado la alegría, has acrecentado el gozo; ellos se regocijan en tu presencia…Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado … y se le da por nombre: "Consejero maravilloso, Dios fuerte, Padre para siempre, Príncipe de la paz". Su soberanía será grande, y habrá una paz sin fin (Si 9, 1-6)
2. Y canta con el salmo 96: “Cantad al Señor un canto nuevo, cante al Señor toda la tierra; cantad al Señor, bendecid su Nombre… Alégrese el cielo y exulte la tierra, resuene el mar y todo lo que hay en él; regocíjese el campo con todos sus frutos, griten de gozo los árboles del bosque. Griten de gozo delante del Señor, porque él viene a gobernar la tierra: Él gobernará al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad”.
3. Con San Pablo (Tito,2): La gracia de Dios, que es fuente de salvación para todos los hombres, se ha manifestado. Ella nos enseña a rechazar la impiedad y los deseos mundanos, para vivir en la vida presente con sobriedad, justicia y piedad, mientras aguardamos la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador, Cristo Jesús. Él se entregó por nosotros, a fin de librarnos de toda iniquidad, purificarnos y crear para sí un Pueblo elegido y lleno de celo en la práctica del bien.
4. “Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue. En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche… El Ángel les dijo: "No temáis, porque os traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Y esto os servirá de señal: encontrareis a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre". Y junto con el Ángel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: "¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él!” (Lc 2,1)
En el año 1, en Belén, a María –gracias a Jesús- “le llegó el tiempo de ser madre”. En el 2018, te llega el tiempo de ser hijo, gracias a TAL MADRE.  Y lo proclaman los pastores, y el mundo se estremece por el primer villancico de la historia, ¡gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz!
Y mi pensamiento corre veloz a lo largo de este año de gracia y misericordia. El del año jubilar del p. Morales, el de la visita del Papa Francisco al Perú alentándonos a vivir UNIDOS EN LA ESPERANZA; el de la muerte de mi padre, la de Vicente, varios familiares y amigos… Sí, como nos recordaba el P. Morales, la muerte es la Navidad eterna, silencio, paz, encuentro.  ¡Santa y feliz Navidad!

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