9 diciembre 2018. Domingo II de Adviento (Ciclo C) – Puntos de oración


Este domingo es un día de acción de gracias para todos los que formamos parte del Movimiento de Santa María. Es el día de la clausura del año jubilar del Padre Morales. Hoy hace exactamente un año que la Iglesia nos ofrecía un año de especial bendición para celebrar y profundizar en la figura y espiritualidad del Padre Tomás Morales. Admirable y también imitable, eso es lo que la Iglesia nos quiere decir cuando nombra a alguien venerable.
Coincide esta fiesta particular de nuestro Movimiento con el segundo domingo de Adviento que celebra toda la Iglesia universal. Como todos los de adviento, un domingo para crecer en esperanza según nos vamos acercando a la noche del nacimiento del Señor.  Según va aumentando la luz de “el sol que nace de lo alto” que es Cristo, y que iluminará a los que vivimos en tinieblas, los que todavía no le vemos cara a cara.
El Padre Morales ya contempla en todo su esplendor lo que nosotros apenas podemos percibir a través de nuestra pobre fe y nuestra débil esperanza. Y esto es a lo que nos anima el evangelio de hoy, cuando leemos a San Juan Bautista proclamar: “Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos”.
Es evidente que tenemos que preparar nuestro corazón para la venida del Señor. Tenemos que serenar nuestro corazón y nuestro espíritu en medio del tráfago de nuestra vida llena de actividad y ruido. En parte en esto consiste el adviento. Pero notemos también que el evangelio a través del libro de los oráculos del profeta Isaías, nos indica que la mayor parte del trabajo la hará el Señor. Nosotros tenemos que allanar y preparar el camino al Señor que quiere entrar en nuestro corazón. Pero también nos dice que: “los valles serán rellenados, los montes y colinas serán rebajados; lo torcido será enderezado, lo escabroso será camino llano” Es decir, que la parte más difícil lo más costoso lo hará Él. Rellenar valles, rebajar montes, enderezar lo torcido son, ciertamente, retos demasiado costosos, muy por encima de las capacidades humanas.
 Cuando uno recorre las etapas del camino de Santiago de la provincia de León o las primeras de la zona de Galicia, entiende mejor estos textos. Cuando uno contempla la subida hacia la cruz de ferro o el puerto del Cebreiro entonces entiende el verdadero sentido con el que fueron escritas estas palabras. Ciertamente es una obra de colosos que nos supera. Por eso, quizás lo más importante de las lecturas de hoy es caer en la cuenta de que la salvación es un regalo que nos vendrá dado desde fuera. Que es por “la infinita misericordia de nuestro Dios” que nos visitará “el sol que nace de lo alto”, no porque nosotros lo merezcamos. Nosotros solo tenemos que mantener despejada la entrada de nuestro corazón para que Él pueda entrar. Como reza la oración colecta del día de hoy, que los afanes terrenales no nos impidan el encuentro con ese Dios que se hace niño.

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