Mis queridos amigos:
¡Gran
desgracia es la ceguera física, pero podríamos decir, que mucho mayor es la
ceguera espiritual...! ¡Cuántas personas teniendo ojos para ver..., no ven...,
o teniendo oídos para oír..., no oyen...!
¿Nos damos
cuenta de lo que supone el tener Fe, y que podamos disfrutar de ella en toda su
plenitud en nuestra vida personal...?
Hoy puede ser
un día para dar gracias a Dios en nuestra oración por el don de la fe, la cual
nos permite ver lo que no se ve…, y gozar lo que todavía está por llegar…
Cuidemos
nuestros ojos, pues son un regalo de Dios, pero sobre todo cuidemos la visión
sobrenatural de la Fe, que nos permite transcender el mundo que nos rodea y en
el que nos movemos, y nos introduce misteriosamente en ese otro mundo que es el
sobrenatural…
Aquellos dos
ciegos del Evangelio de hoy seguían a Jesús gritando: «Ten compasión de nosotros, hijo de David». Este gesto de gritar su desgracia nos muestra la
profundidad de su limitación y pobreza…
Se va a producir su curación, Jesucristo
hará el milagro que vean, pero fijaos bien, el milagro está vinculado
directamente a la fe de estos ciegos, pues Jesús les dice: «Que os
suceda conforme a vuestra fe».
Si tuviéramos fe mis queridos hermanos,
nos sería fácil el conseguir milagros tanto en nosotros, como en los demás…
Dios ha querido vincular la acción de la Gracia a nuestra fe en El. Cuanta más
fe, más fácil es que se produzca el milagro…y mayores serán los milagros…, si
nuestra fe es muy grande…
Creo que el momento actual de la Iglesia
y del mundo, están pidiendo estos milagros, operados por la fe de los que nos
consideramos creyentes.
¿Por qué no vamos a poder hacer
milagros, si Dios lo quiere y el mundo lo necesita…?
Hoy no basta solo el testimonio de vida,
es necesario que esa Vida se de en abundancia..., y nosotros somos quienes la
tenemos que repartir en el mundo…
¡Que nos conmovamos al ver el nivel de
ceguera en que viven no pocas personas en nuestro entorno, en nuestra
cercanía...! Que sintamos la necesidad de ver más y mejor, para poder llegar a
un mayor número de ellos, y así alcanzarles el don de la visión sobrenatural de
las cosas…
Y termina el texto diciendo: “Pero
ellos, al salir, hablaron de él por toda la comarca…” ¿Cómo no contar
las maravillas que el Señor ha hecho con nosotros, y dar razón de por qué
estamos alegres...? Amor con amor se paga, así que agradezcamos la visión de
Fe, y pidamos por quienes no la tienen o la han perdido…