1 noviembre 2019. Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos – Puntos de oración


Todos los días del año son buenos para pedir por nuestros seres queridos que han partido a la Eternidad…, pero la Iglesia, que es madre y maestra, dedica un día exclusivamente a ellos, que es el día de hoy, Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos... Por lo tanto, hoy todos tenemos la sagrada obligación de pedir y encomendar a todos aquellos que ya partieron de este mundo…
Es de fe que lo que ahora hagamos por ellos, Dios lo aplicó en su momento en la hora de su muerte, y que todavía podemos seguir haciendo mucho por ellos, pues nosotros nos movemos en coordenadas espacio-temporales… ¡Ojala que nos entusiasmemos con la idea de ayudarlos..., de seguir ayudándoles...!
A los fieles difuntos los podemos ayudar por medio de la oración y de la penitencia, dos realidades, sobre todo la segunda, que hoy no están en primera página de nuestro vivir cotidiano…
Cuando se ha amado a una persona y está partió a la eternidad, nos queda un recuerdo indeleble, sobre todo si esa persona nos ha amado o la hemos podido amar. El amor transciende el tiempo y el espacio y nos pone en contacto con nuestros seres queridos… Si además avivamos la fe y la ponemos en obra, bien podemos alcanzar gracias para ellos, y que ellos ya no puedes alcanzar… Por lo tanto, seamos generosos en la oración de este día…
¡Señor sé que siempre me escuchas, y que ninguno de mis pensamientos escapa a tu conocimiento! Te pido de un modo particular, por todos aquellos que tuve la oportunidad de conocer en esta vida y que partieron a la eternidad. Ten misericordia de sus almas y alcánzales la salvación eterna.
Hoy el evangelio nos hablaba de que en la casa del Padre hay muchas moradas, que allí se nos prepara lugar, y que donde esta Dios también debemos de estar nosotros…
No son pocos los que, durante su vida, todo lo que hacían, estaba en función de este encuentro con Dios, más allá del tiempo y del espacio…, pero también hay otro buen número de personas que viven desentendidos de esta última realidad…
Avivemos nuestra Fe, retomemos la Esperanza, vivamos la Caridad, para que siempre podamos dar testimonio en nuestra vida, de que existe otra más allá de esta, que nos espera y nos recibirá…
Madre del Amor Hermoso, aviva nuestra fe, para que sea un testimonio, para quienes nos tratan o conviven con nosotros. ¡Necesitamos testigos vivientes de lo eterno, en medio de un mundo que va dejando de creer en Dios, pero que lo necesita más que nunca…!

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