29 noviembre 2019. Viernes de la XXXIV semana del Tiempo Ordinario – Puntos de oración


Empezamos la oración ofreciendo al Señor nuestras intenciones, acciones y operaciones para que sean puramente ordenadas al servicio y alabanza de Su divina majestad.
Hoy 29 se cumple una semana de la partida al cielo de nuestro querido Abe. Esta semana todos hemos tenido el corazón más en el cielo que en la tierra. Y precisamente las lecturas nos hablan de ese Reino, de la Patria Eterna, donde Abe está ya gozando de la presencia de Dios. No cabe duda de que necesitamos de la gracia de Dios para descubrir que el Reino está cerca, mejor aún, dentro de nuestro corazón. Cuando vivimos sumergidos en las múltiples ocupaciones del día a día y nos dejamos llevar por ellas, no somos capaces de descubrir la presencia de Dios en todo, dejamos de ser conscientes de que el Reino de Dios está en medio de nosotros y nos pasa como a los que se refiere Jesús en el Evangelio… “Fijaos en la higuera o en cualquier árbol: cuando echan brotes, os basta verlos para saber que el verano está cerca”… que quizá seamos expertos en una o muchas materias, hemos sacado másteres y doctorados, pero si todo ello no me aporta para la salvación de mi alma, para saber reconocer “los signos de los tiempos”, no me ha servido de nada. Hemos de pedir esa gracia y podemos aprovechar este momento de oración para hacerlo. Es la gracia de las manos vacías que el Señor concedió a Abelardo y que él supo mantener activa durante toda su vida. El Señor está deseoso de dárnosla también a nosotros… que sepamos disponer nuestro corazón a imitación de Abe para dejarnos hacer por Él.
“El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán” … palabras que nos transmiten confianza en la Misericordia de Dios, Él es Rey, ya ha vencido a la muerte. Que terminemos este rato de oración escuchando a Jesús decir estar palabras y, con perspectiva de Adviento, mirando a la Virgen a solas con su Tesoro.

Archivo del blog