Matías (transliteración hebrea: Mattityahu;
murió c. 80 d.C.), según los Hechos de los Apóstoles, fue
elegido apóstol después de la muerte de Jesús de
Nazaret para sustituir a Judas Iscariote tras la traición
de Judas a Jesús y su posterior suicidio. Su llamada como apóstol es
única en que su nombramiento no fue hecho personalmente por Jesús, quien de
acuerdo a la enseñanza cristiana ya había ascendido al cielo, y también se
hizo antes de la venida del Espíritu Santo sobre la Iglesia
primitiva. Su nombre significa Don de Dios
“Orar es tratar de amistad estando a
solas con quien sabemos nos ama” (Sta. Teresa)
Ayer celebrábamos la festividad de la
Virgen de Fátima. Siempre me he preguntado: ¿por qué los niños tan jóvenes ya
son santos? ¡Qué verían en la Virgen o que gracia recubrirían para llegar a los
altares con tan corta edad!
Madre buena y fiel.
Ayuda en todo momento.
Reina de nuestros corazones.
Inmaculada sin pecado.
Alegría y servicio con discreción.
La lectura nos dice: Y rezando dijeron:
«Señor, tú penetras el corazón de todos; muéstranos a cuál de los dos has
elegido para que ocupe el puesto de este ministerio y apostolado, del que ha
prevaricado Judas para marcharse a su propio puesto». Echaron a suertes, le
tocó a Matías, y lo asociaron a los once apóstoles. Matías fue fiel a la
elección. Algunos escritores antiguos nos lo presentan predicando en Jerusalén,
en Judea, en las orillas del Nilo y en Etiopia, hasta sellar sus palabras con
su sangre.
El salmo: El señor los sentó con
los príncipes de su pueblo.
Qué precioso es el evangelio. Te invito
a leerlo despacio. No tiene desperdicio en este tiempo de pandemia.
«No sois vosotros los que me habéis
elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis
fruto, y vuestro fruto permanezca. De modo que lo que pidáis al Padre en mi
nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros». Nadie tiene
amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
Acércate e a Jesús. Vete de la mano de
la Virgen, como nos decía Abelardo y han repetido tanto los santos, en este mes
de mayo y en este mundo que parece que quiere vivir de espaldas a Dios. Repasa
la letra de María.
Meditemos en este ratito. Parece que,
sin querer, se nos mete la prisa y la actividad, y no vemos la mano de Dios en
todo esto.
Yo me digo: Oh, Dios, saca algo grande
de esto porque, si no, es imposible que permitas tanto sufrimiento.
· “Dios perdona siempre, el hombre a veces, la naturaleza jamás”.
· Quizá nos hayamos endiosado en la sociedad y queremos ser más que dioses.
· ¿María que flor le ofrezco a Jesús, una llamada, un rato extra de oración…?