8 mayo 2020. Viernes de la IV semana de Pascua – Puntos de oración


Comenzamos nuestra oración poniéndonos en su presencia, teniendo en cuenta la magnitud de lo que vamos a hacer. Algo tan sencillo y tan importante. Hablar con Dios.
Cuando vemos la importancia de lo que vamos a realizar, quizás, nos vemos incapaces. Eso es que vamos por el camino. Vamos a pedir luz al Espíritu Santo para que nos enseñe, nos acompañe en este tiempo y podamos escuchar su voz.
Hoy el Evangelio nos llena de Esperanza. Los discípulos siguen sin tener claro qué es lo que está pasando y mucho menos qué es lo que va a pasar. Jesús parece que habla como una madre que ya ha repetido las cosas mil veces y nos dice: ¿Quieres confiar en mí? ¿No has visto todo lo que he hecho contigo? Que esto no es broma, que tengo un sitio para ti en el cielo, no te rindas, sígueme, confía en mí, cree en mí. Y nos da la mayor pista de todas: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”.
Que este tiempo de oración sea para conocer más a Jesús, ahí está el camino, la verdad y la vida. Con Jesús resucitado a nuestro lado vamos a suplicarle que aumente nuestra fe, que sea el centro de nuestra vida, que nos dejemos querer y perdonar.
Ante nuestra miseria y pequeñez vamos cerca de María, a pedirle que nos ayude a ser humildes y así poder acercarnos más a Dios. María, Madre nuestra, ruega por nosotros.

Archivo del blog