16 junio 2020. Martes de la XI semana del Tiempo Ordinario – Puntos de oración


Modo avión encendido. Empezamos nuestra oración poniéndonos en presencia de Dios, sabiendo que Él nos escucha, y pidiendo al Espíritu Santo que nos ayude a escuchar su voz. También nos ponemos a los pies de la Virgen para que ella acompañe nuestra oración y la ofrezca al Señor. Con el curso a puntito de acabar y en estas condiciones tan extrañas tenemos que seguir esforzándonos, más si cabe, para ser fieles a la oración, que es el alimento del alma.
La primera lectura de hoy nos recuerda una de las claves de nuestra vida espiritual: la humildad. Cuando echamos la vista atrás y reflexionamos sobre el curso que concluye, seguramente nos salga del alma la misma petición que al salmista: “Misericordia, Señor”. Y quizá no tanto por haber hecho cosas horribles, pero si por haber dejado de vivir intensamente el mandato del evangelio: amar al que nos aborrece. La falta de radicalidad en el seguimiento de Jesús puede ser la falta de los que nos hemos acostumbrado a una fe que es radical, sorprendente y siempre novedosa.
Entremos en el corazón de Jesús, para contemplar todo lo vivido desde su óptica misericordiosa. Dejémonos renovar por Él para ser capaces de vivir con entusiasmo este verano al estilo de la Virgen en la visitación. Que ella nos ayude a lograrlo.

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