12/10/2020, Bienaventurada Virgen María del Pilar

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (1, 12-14)

Después de que Jesús fue levantado al cielo, los apóstoles volvieron a Jerusalén, desde el monte que llaman de los Olivos, que dista de Jerusalén lo que se permite caminar en sábado. Cuando llegaron, subieron a la sala superior, donde se alojaban: Pedro y Juan y Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago el de Alfeo y Simón el Zelotes y Judas el de Santiago. Todos ellos perseveraban unánimes en la oración, junto con algunas mujeres y María, la madre de Jesús, y con sus hermanos.

Salmo Responsorial (Sal 26, 1. 3. 4. 5)
R. El Señor me ha coronado, sobre la columna me ha exaltado.

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? 
El Señor es la defensa de mi vida, ¿
quién me hará temblar? R.

Si un ejército acampa contra mí, mi corazón no tiembla; 
si me declaran la guerra, me siento tranquilo. 
R.

Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor 
por los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor, contemplando su templo
R.

Él me protegerá en su tienda el día del peligro;
me esconderá en lo escondido de su morada, me alzará sobre la roca
R.

Lectura del santo Evangelio según san Lucas (11,27-28)

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío levantando la voz, le dijo: «Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron». Pero él dijo: «Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».

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