19 octubre 2020, lunes de la XXIX semana del Tiempo Ordinario – Puntos de oración

En el momento de compartiros algunas pistas para facilitar la preparación de nuestro gran encuentro en la oración de mañana, no me sale otra cosa que escribir sobre el Señor de los Milagros, porque en Perú se siente en todo momento su presencia y con ella la invitación de santa Teresa: “Pon los ojos en el Crucificado y todo será fácil”. Porque, efectivamente, todos los males nos vienen por dejar de mirarle; en sus ojos sí que vemos el “valor de la mirada” como nos recuerda el sugerente vídeo del musical “Contigo”.  

“Pero Dios le dijo: 'Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado?' Esto es lo que sucede al que acumula riquezas para sí, y no es rico a los ojos de Dios”. (Lc 12,13)

¡Cuántos han muerto en la presente edición del 2020 por la covid! Y ¿quién que está libre de no incorporarse a la estadística…? ¡Quién está seguro de llegar a Navidad, a fin de año? Y no son preguntas de retórica barata ni de intempestivo aguafiestas. La dura y cruda realidad. Que nada hay más cierto que la muerte y menos incierto que el momento y el lugar. Por tanto, como meditamos en los Ejercicios. El ejemplo de san Francisco de Borja. “No serviré Señor que se me pueda morir”. Y la “savia carmelitana”: “Aquí se vive muriendo y se muere cantando”. Que nuestro único tesoro, nuestra única riqueza son el bien, la verdad, la belleza, Dios. Todo lo demás: basura y pobreza.

¡Con qué ganas me quedo escuchando a María en su Magníficat! Y mi oración se torna canción:

Mi alma glorifica al Señor, mi Dios,
gózase mi espíritu en mi salvador.
Él es mi alegría, es mi plenitud,
Él es todo para mí.

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