Antes de empezar… móvil en modo avión para que los WhatsApp no nos distraigan en este ratito. Trata de caer en la cuenta de que estás en la presencia de Dios y que él te escucha y quiere hablarte. Trata de serenarte y de relajarte, también físicamente. Respira hondo.
El evangelio de hoy nos puede hacer explotar las
neuronas. Parece escrito para el 2020: hay una mezcla ausencia
total de distancia social con advertencias sobre las redes sociales y los
memes… ¿No te lo crees? Vamos a repasar. Eran muchísimos los que seguían a
Jesús, se amontonaban unos junto a otros sin espacio ni mascarillas. Un
desastre. Y Jesús anticipa 2000 años el meme del perro: en fin, la
hipocresía. “Cuidadito con eso”, les dice a sus discípulos
(a los que llama amigos) y nos dice también a nosotros, cristianos del siglo
XXI. Tenemos que ser de una pieza. También en redes sociales. No podemos
predicar el amor a todos y destilar odio en Twitter. Porque luego, todo
se sabe. Y lo que no se sepa aquí se sabrá el día que demos
cuentas ante Dios.
Pero ojo, que hay una advertencia más para tiempos de pandemia. “No tengáis miedo”. Temed solo alejaros de Dios. Vivid unidos a él, gozad de la vida de la gracia que se recibe en los sacramentos y en la oración. Y no viváis asustados sino sintiéndoos dichosos por Dios es quien nos salva. Eso nos explica el salmo, que además nos propone varias actitudes: aclamar, dar gracias y tocar. ¿Por qué no compones una canción, una poesía o una sencilla oración escrita en este momento? Déjate llevar por el Espíritu Santo.
