25 octubre 2020, domingo XXX del Tiempo Ordinario (Ciclo A) – Puntos de oración

El Evangelio de este domingo nos recuerda el fundamento de nuestra existencia. Creados para amar nuestra vida solamente cobra pleno sentido cuando esto se puede realizar en la doble dimensión que expresa Jesús: amor a Dios y amor al prójimo.

Para los fariseos de entonces el primer mandamiento estaba muy claro, y se vanagloriaban de vivirlo día a día. Pero el segundo quizás había sido oscurecido y por eso Jesús lo quiere resaltar al ponerlo casi al mismo nivel que el primero.

Todo el texto de la primera lectura del libro del Éxodo es la expresión concreta del amor al prójimo: no maltratar al emigrante, no explotar a viudas y huérfanos y no prestar con usura.

Quizás la mejor actualización de este Evangelio en el día de hoy ha sido la encíclica Fratelli Tutti del Papa Francisco. Cito dos textos que nos ayuden a meditar. Uno del principio y otro es la oración final.

Las siguientes páginas no pretenden resumir la doctrina sobre el amor fraterno, sino detenerse en su dimensión universal, en su apertura a todos. Entrego esta encíclica social como un humilde aporte a la reflexión para que, frente a diversas y actuales formas de eliminar o de ignorar a otros, seamos capaces de reaccionar con un nuevo sueño de fraternidad y de amistad social que no se quede en las palabras. Si bien la escribí desde mis convicciones cristianas, que me alientan y me nutren, he procurado hacerlo de tal manera que la reflexión se abra al diálogo con todas las personas de buena voluntad. (FT, 6)

Oración al Creador

Señor y Padre de la humanidad,
que creaste a todos los seres humanos con la misma dignidad,

infunde en nuestros corazones un espíritu fraternal.
Inspíranos un sueño de reencuentro, de diálogo, de justicia y de paz.
Impúlsanos a crear sociedades más sanas
y un mundo más digno,
sin hambre, sin pobreza, sin violencia, sin guerras.
Que nuestro corazón se abra
a todos los pueblos y naciones de la tierra,
para reconocer el bien y la belleza
que sembraste en cada uno,
para estrechar lazos de unidad, de proyectos comunes,
de esperanzas compartidas. Amén. (FT, 287)

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