23 octubre 2020, viernes de la XXIX semana del Tiempo Ordinario – Puntos de oración

Aleluya, aleluya, aleluya.

Bendito seas, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del reino a los pequeños.

Esta es la mejor manera de iniciar hoy nuestra oración, bendiciendo al Señor. Porque soy pequeño reconozco a Dios Padre y Señor del cielo y la tierra. Así reconociéndole como Padre y yo, aceptándome como criatura, me dejo envolver en este misterio que sólo se manifiesta a los pequeños. “De los que son como este niño es el reino de los cielos” nos recuerda Jesús en el evangelio

Recordamos ese diálogo entre un anciano que se encuentra con una persona agnóstica, y como consecuencia, se las da de sabio. Por esta razón, no admite nada que no sea totalmente razonable, desde su punto de vista. Y si a ese Dios no lo comprendo con mi razón, no existe o por lo menos parece ausente de aquellos acontecimientos que nos desbordan y no somos capaces de entender.

Y le contesta con sencillez y aplomo este hombre verdaderamente sabio: Mire – le dice- “Dios es tan grande no le cave a usted en su cabeza, pero tan pequeño que está dentro de mi corazón”.

¿Sabemos nosotros interpretar este tiempo que hoy nos toca vivir?

Imposible si no nos paramos y hacemos silencio.

Necesitamos detenernos para descubrir en medio de esta crisis de sentido lo verdaderamente importante. Tú y yo somos criaturas, por lo mismo que todas las personas necesitamos de un Padre creador que se nos ha revelado a los pequeños. Sólo a los que se hacen pequeños, les pertenece el reino de Dios, que es Cristo vivo encarnado para nosotros.

“En Él está nuestra salvación, vida y resurrección”.

Siempre nos sentiremos pequeños cuando nos dejamos abrazar por María la Virgen.

Archivo del blog