17 enero 2015. Sábado de la primera semana del Tiempo Ordinario – Puntos de oración

Creo que a las personas de nuestro tiempo, nos llama poderosamente la atención el hecho, de que Jesús predicara materialmente en la "calle" a todo aquel que quisiera escucharlo, y esto, sin distinción alguna de sexo, edad, o clase social... Nosotros, nos movemos en un mundo tremendamente sofisticado, selectivo y clasista, en que pareciera, que no todos somos iguales, y que no todos tenemos los mismos derechos... Pero Jesús nos muestra que no será así en el Reino de los Cielos, donde"muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros." (Mt.19,30).
No podemos evitar nuestra sorpresa y desconcierto ante la forma de comportarse del Maestro. Insisto, somos hijos de nuestro tiempo, y nuestro tiempo tiene poder sobre nosotros. Pero aquí tenemos el evangelio de este día que nos dice no, no debe ser así y quien piense así, tendrá que escuchar de los labios de Cristo la última frase del evangelio de hoy: -«No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.»
Fijemos nuestra oración en Mateo, publicano y pecador. ¡Nosotros, que nos creemos justos y con derechos, como los escribas y fariseos de su tiempo...!
La llamada de Jesús en la vida de Mateo, realizada al paso.., fue toda una revolución... Bastó una sola palabra del Maestro: "Sígueme", para que este hombre lo dejara todo..., absolutamente todo y se fuera en pos de El por los caminos de Palestina...
¡Cuántas veces nosotros hemos escuchado lo mismo, y no Le hemos seguido..! ¡Pero este pecador público, este deshecho de la sociedad de su tiempo, lo deja todo y Le sigue...! ¿Qué nos está diciendo este hecho de vida...? ¿Cómo nos cuestiona a nosotros la vida...? ¿Qué podemos hacer, si meditamos en serio el evangelio de este día...?
Hay tres detalles que podemos apreciar, y que pueden centrar nuestra oración en estos momentos:
El primero es: Que después de su respuesta, Mateo se dio cuenta, de que tenía las manos vacías, pero limpias...
El segundo: Que había perdido su trabajo, pero había consiguió otro sumamente mejor...
Y el tercer detalle que apreciamos: Es que pasó de estar enfermo a estar sano... ¡Que no es poco...!

Salud espiritual..., trabajo noble y digno..., y una conciencia limpia..., son el fruto de una respuesta generosa al seguimiento de Cristo. Pidamos al Señor que nos conceda su gracia, para que podamos responder como Mateo  con generosidad y valentía…

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