1. Oración
preparatoria: hacemos la señal de la cruz y nos ponemos en la
presencia de Dios. Invocamos la ayuda del Espíritu Santo y rezamos mentalmente
la oración preparatoria de Ejercicios: “Señor, que todas mis intenciones,
acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de tu
divina majestad.” (EE 46)
2. Petición. “Concédenos,
Señor, por la intercesión de tus santos Timoteo y Tito, que después de haber
vivido en este mundo en justicia y santidad, merezcamos llegar al reino de los
cielos.”(Oración colecta de la misa).
3. Puntos
para orar: hoy, celebramos la memoria de dos cooperadores de San Pablo
en la labor misionera. Timoteo y Tito fueron designados por San Pablo obispos
de Éfeso y de Creta respetivamente. A ellos les dirigió las llamadas Cartas Pastorales
(dos a Timoteo y una a Tito), con instrucciones para su apostolado y misión de
obispos de comunidades. La celebración de la misa de hoy es una invitación al
apostolado, a vivir en clave de mostrar a los que nos rodean, con nuestra vida,
con nuestra palabra y nuestro testimonio las maravillas que hace el Señor. En
el evangelio se nos muestra el envío de 72 discípulos para evangelizar de dos
en dos como una avanzadilla a los lugares donde pensaba ir él. Jesús quiere
entrar en todos los corazones. Nosotros somos enviados a todos los ambientes, y
no se nos envía solos, sino formando parte de un cuerpo orgánico, a través de
las instituciones y movimientos que el Espíritu suscita y la Iglesia aprueba. Y
tras nuestro testimonio y palabra en el sitio donde Dios nos pone quiere ir
Jesús. Los nuestro es preparar su llegada a los corazones de todos. Que la fe,
al verla vivida en sus discípulos les resulte atractiva a todos los que nos
rodean. Y si algunos no quieren recibir ese testimonio, seguir en la labor evangelizadora
confiando en que el fruto es del Señor. Podemos leer el salmo responsorial que
la iglesia nos pone hoy en la liturgia de la misa. “Contad las
maravillas del Señor a todas las naciones”. Es una invitación al
apostolado. A compartir en nuestro ambiente las maravillas que vemos hace el
Señor con nosotros y que guardamos en la memoria, como hacía el pueblo de
Israel con las maravillas que Dios había hecho en su historia.
4. Unos
minutos antes del final de la oración: Diálogo con Jesús, Avemaría a
la Virgen.
5. Examen
de la oración: ver cómo me ha ido en el rato de oración. Recordar si
he recibido alguna idea o sentimiento que debo conservar y volver sobre él. Ver
dónde he sentido más el consuelo del Señor o dónde me ha costado más. Hacer
examen de las negligencias al preparar o al hacer la oración, pedir perdón y
proponerme algo concreto para enmendarlo.