«Antes de que Felipe te llamara, cuando
estabas debajo de la higuera, te vi.»
Antes de que veamos a Jesús, Él ya nos
ha visto. Nos ha mirado. Ha posado sobre nosotros su mirada que es Amor y
Misericordia.
Inmediatamente antes de este encuentro
de Jesús con Natanael, nos dice el relato evangélico que Andrés lleva ante
Jesús a su hermano Pedro. Y que Jesús “mirándolo, le dijo: «Tú eres
Simón»”.
Esta mirada de Jesús a Simón nos hace
recordar esa mirada de Jesús al mismo Simón cuando lo niega, cuando no tiene la
valentía de presentarse como su discípulo. Pero es una mirada que lo invita al
arrepentimiento y a descubrir el Amor y la Misericordia de Dios. Esta mirada de
Jesús a Simón, frente al anuncio de su hermano Andrés, es una mirada también
cautivante, está llamando a Pedro a algo más de lo que él tiene costumbre de
hacer.
Que nosotros podamos también de alguna
manera, sentir, experimentar esa mirada del Señor en nuestra vida. Para que
también nosotros nos animemos a ser sus discípulos a seguirlo. Tratemos en
nuestra oración de ir descubriendo pequeños detalles que nos van abriendo a un
encuentro con el Señor. Ese Señor que sigue estando en medio de nosotros, que
sigue llamando a colaborar con Él en la obra de la Redención, en el anuncio del
Reino, en esta sociedad que tanto necesita de Dios. Tratemos de pedirle a Dios
esa Gracia.