1. Oración preparatoria: hacemos
la señal de la cruz y nos ponemos en la presencia de Dios. Invocamos la ayuda
del Espíritu Santo y rezamos mentalmente la oración preparatoria de Ejercicios
(EE 46): “Señor, que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean
puramente ordenadas en servicio y alabanza de tu divina majestad.”
2. Petición. Pedimos por la fidelidad y
perseverancia de todos los que nos nutrimos del carisma de los Cruzados de
Santa María. Que seamos fieles al espíritu que el Señor suscitó en el P.
Morales.
3. Puntos para orar: Hoy domingo 13 de mayo se
unen tres celebraciones muy entrañables para los que formamos parte del
Movimiento de Santa María: la solemnidad de la Ascensión del Señor, la fiesta
de la Virgen de Fátima, tan presente siempre en nuestro carisma y un día
especial en la celebración del Año Jubilar que la Iglesia nos ha concedido con
ocasión de la declaración del Padre Morales como venerable. Un día para unir
estas tres circunstancias. Un día para vivir con la alegría de que, aunque nos
cuenta el libro de los Hechos que Jesús se alejó de la vista de sus discípulos,
esto nos convenía, pues si no, el Espíritu Santo no vendría a nosotros. Y Jesús
se va en su humanidad, pero como él mismo nos dijo, va a estar con nosotros
todos los días, hasta el fin del mundo. Y esto lo cumple en la Eucaristía donde
su persona está siempre para ser nuestro alimento y nuestra compañía. Y también
está en la Iglesia, que es su Cuerpo Místico que nos cuida y nos santifica con
los sacramentos y con su acción en el mundo. Y está también en todos nuestros
hermanos, especialmente en los más pobres y necesitados, pues “cada vez que lo
hicisteis con uno de esos mis humildes hermanos, a mí me lo hicisteis. Y la
Virgen, a la que Jesús desde la cruz nos había dado como madre, sigue con la
Iglesia después de la ascensión de Jesús, haciendo su labor discreta y tan
eficaz. Y después de su asunción y en tantas ocasiones en nuestra vida y a lo
largo de todas sus apariciones a lo largo de la historia como en Fátima, ella
ejerce esa función maternal para toda la Iglesia y para cada uno de nosotros. Y
esta es una convicción que hemos recibido de nuestro Padre Morales. Y no
podemos de dejar de unir estas tres celebraciones.
Y se me ocurre en este día emplear nuestra oración en meditar con el salmo
44 que está lleno de alegría y entusiasmo por el triunfo y la majestad del rey,
Jesús que asciende a los cielos. Y se llena también de alegría por la reina,
bellísima, vestida de perla y brocado, la Virgen María, que se postra ante el
rey y que a cambio de sus padres tiene hijos que somos nosotros y que nos
nombra príncipes para seguir al rey a la gloria a través de nuestra vida por
toda la tierra y que los todos los pueblos alaben a nuestro salvador por los
siglos de los siglos.
SALMO 44
Me brota del corazón un poema bello,
recito mis versos a un rey;
mi lengua es ágil pluma de escribano.
Eres el más bello de los hombres,
en tus labios se derrama la gracia,
el Señor te bendice eternamente.
Cíñete al flanco la espada, valiente:
es tu gala y tu orgullo;
cabalga victorioso por la verdad y la justicia,
tu diestra te enseñe a realizar proezas.
Tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden,
se acobardan los enemigos del rey.
Tu trono, oh Dios, permanece para siempre,
cetro de rectitud es tu cetro real;
has amado la justicia y odiado la impiedad:
por eso el Señor, tu Dios, te ha ungido
con aceite de júbilo
entre todos tus compañeros.
A mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos,
desde los palacios de marfiles te deleitan las arpas.
Hijas de reyes salen a tu encuentro,
de pie a tu derecha está la reina,
enjoyada con oro de Ofir.
Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna;
prendado está el rey de tu belleza:
póstrate ante él, que él es tu señor.
La ciudad de Tiro viene con regalos,
los pueblos más ricos buscan tu favor.
Ya entra la princesa, bellísima,
vestida de perlas y brocado;
la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,
la siguen sus compañeras:
las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.
«A cambio de tus padres, tendrás hijos,
que nombrarás príncipes por toda la tierra».
Quiero hacer memorable tu nombre
por generaciones y generaciones,
y los pueblos te alabarán
por los siglos de los siglos.
recito mis versos a un rey;
mi lengua es ágil pluma de escribano.
Eres el más bello de los hombres,
en tus labios se derrama la gracia,
el Señor te bendice eternamente.
Cíñete al flanco la espada, valiente:
es tu gala y tu orgullo;
cabalga victorioso por la verdad y la justicia,
tu diestra te enseñe a realizar proezas.
Tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden,
se acobardan los enemigos del rey.
Tu trono, oh Dios, permanece para siempre,
cetro de rectitud es tu cetro real;
has amado la justicia y odiado la impiedad:
por eso el Señor, tu Dios, te ha ungido
con aceite de júbilo
entre todos tus compañeros.
A mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos,
desde los palacios de marfiles te deleitan las arpas.
Hijas de reyes salen a tu encuentro,
de pie a tu derecha está la reina,
enjoyada con oro de Ofir.
Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna;
prendado está el rey de tu belleza:
póstrate ante él, que él es tu señor.
La ciudad de Tiro viene con regalos,
los pueblos más ricos buscan tu favor.
Ya entra la princesa, bellísima,
vestida de perlas y brocado;
la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,
la siguen sus compañeras:
las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.
«A cambio de tus padres, tendrás hijos,
que nombrarás príncipes por toda la tierra».
Quiero hacer memorable tu nombre
por generaciones y generaciones,
y los pueblos te alabarán
por los siglos de los siglos.
5. Unos minutos antes del final de la oración: Diálogo con la Virgen en este mes de mayo. Pedirla luz para que
conozca más a Jesús y para que conociéndole, más le ame y más le siga. Acabar
con una avemaría o salve.
6. Examen de la oración: ver
cómo me ha ido en el rato de oración. Recordar si he recibido alguna idea o
sentimiento que debo conservar y volver sobre él. Ver dónde he sentido más el
consuelo del Señor o dónde me ha costado más. Hacer examen de las negligencias
al preparar o al hacer la oración, pedir perdón y proponerme algo concreto para
enmendarlo.
7. Durante el día: Todos los días de este mes
de mayo, pero especialmente hoy 13, dedicar un rato a rezar el Rosario con
tranquilidad a la Virgen. Es una oración que desde fuera puede parecer
aburrida, pero que cuando se reza habitualmente se va descubriendo su belleza y
valor. Por la calle, en una iglesia tranquila, cuando estamos en casa, antes de
acostarnos, a cualquier hora, cuando mejor nos venga, no dejar de rezar esta
oración maravillosa tan recomendada por la Iglesia en todos los tiempos. La
Virgen misma pidió su rezo en sus apariciones en Fátima. No dejar de rezarla a
lo largo de nuestra vida y suscitar su rezo entre los que están a nuestro
alrededor.