Estamos en el mes de María y me voy a
permitir plantear la oración desde un evangelio mariano en lugar de tomar el
del día.
¿Yo soy discípulo de Jesús? Seguro
que sí, malo, incoherente… pero lo soy
¿Yo soy amado de Jesús? Sí,
muchísimo, dudo que sea posible amarme más.
Entonces puedo volver a leer Jn 19,
26 e interpretarlo pensando en este discípulo y amado que soy yo.
Jn 19,26: Jesús, al ver a su
madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: “Mujer, ahí
tienes a tu hijo” Luego dijo al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”
Esto es lo importante, ahora podemos
hacer algunas interpretaciones.
En aquellos instantes, Jesús, como
Dios, sí que me ve y me lo dice. María era un ser mortal y, salvo gracia de
Dios, no me ve. Luego llegaría al cielo y sería otra cosa. Ahora, en el 2018,
sí me ve (creo que también por gracia, pero otra distinta).
Hay algunas cosas que uno tiene muy
dentro y solo las dice en el “lecho de la muerte” Seguramente las más duras y
las que tiene más profundas. Así sale esta frase. Ahora pierde Jesús ser el
hijo único de María. Es como el que al morir le pide a su madre que adopte otro
para que sea su hijo, o mejor dos, o muchos, o todos. Esta fue la última
recomendación que dio Jesús antes de morir.
La salvación va para todos los
hombres e incluso los que no le han conocido, pero este regalo y el de la
Eucaristía, está dirigido solo a los católicos y a algunos cristianos.
Pensemos ahora en Juan, ¿qué siente?
¿Cómo reacciona?
No sé las costumbres de la época y
menos aún cómo pasó en realidad, pero cuando mi madre carnal estaba viva, o
ella venía a la cama a darme un beso antes de dormir, o iba yo a la suya (según
su salud y ancianidad). La contaba mis cosas… y supongo que Juan…
Y ahora en este discípulo amado. ¿Qué
siento? ¿Cómo reacciono? ¿Qué la cuento? ¿Qué sería darla un beso al entrar en
casa o al salir o antes de dormir? ¿Tengo más detalles con mi madre de la
tierra que con María? A lo mejor no tengo suficientes con alguna de ellas o con
las dos.
Pensemos ahora lo que siente y hace
la Virgen. Supongo que se da un “susto existencial” Ya quería a los discípulos.
Los quería mucho. Pero considerarlos como hijos, pensar y sentir que son sus
hijos… He aquí la esclava del Señor. Hágase…
Puedes considerar otros muchos
aspectos de cómo los ejerció María, de cómo lo ejerce en la actualidad. Sobre
mi forma de vivirlo.
También puede ponerte en el punto de
vista de Jesús o del Padre y sobre todo pedir algo, ser conscientes de esta
realidad. Agradecer este detalle de Jesús y María…