20 mayo 2018. Domingo de Pentecostés (Ciclo B) – Puntos de oración


Espero que te ayuden estas palabras que te pongo a continuación para llevar a cabo con fruto este rato de oración. Sería bueno, si es posible, que realices tu rato de oración delante de Cristo en la Eucaristía. Si no es posible porque no cuentas con esta posibilidad, dedícale este tiempo al Señor en la soledad acompañada por Él.
Empezamos nuestra oración invocando al Espíritu Santo: “Ven Espíritu Divino e infunde en nuestros corazones el fuego de tu amor”.
Hoy celebramos con alegría el día de Pentecostés. Se trata del envío del Espíritu Santo. Es la promesa de Jesús. Nos dijo que no nos dejaría solos, nos enviaría al Defensor que nos lo enseñaría todo. Cumplió su promesa. Por lo tanto, es una gran alegría para Iglesia. Él derrama sus siete dones sobre nosotros, como ese suave rocío sobre las hojas de los árboles o sobre la hierba de los prados.
Si quieres, te propongo que después de leer las lecturas, inicies tu oración meditando el texto de San Pablo (2da lectura). En ella, el apóstol nos recuerda que “Nadie puede decir: «Jesús es Señor», si no es bajo la acción del Espíritu Santo”. Con el Bautismo nacemos en la Iglesia para la Vida, pero no es hasta que recibimos el Espíritu Santo cuando aprendemos a hablar con Dios y a hablar de Él a los demás. Todo esto es gracias a la promesa de Jesús: “conviene que yo me vaya para que venga el Paráclito, Él os lo enseñará todo”. Gracias a que hemos recibido el Espíritu Santo podemos hablar de las bondades de Dios a los demás. Es después de esto y por esa razón, cuando Jesús envía a sus discípulos al mundo entero para que proclamen el Evangelio a toda la creación. Ya han recibido los dones del Espíritu Santo y por lo tanto pueden entregar la vida en la evangelización.
Los dones del Espíritu Santo, como ya sabes, son: Sabiduría, Entendimiento, Consejo, Ciencia, Piedad, Fortaleza y Temor de Dios.
Si has recibido el sacramento de la Confirmación, has recibido estos dones en plenitud. Entonces, pregúntate: ¿tengo presente que he recibido estos dones? ¿Dejo al Espíritu Santo que actúe en mi vida? ¿Le pido ayuda? ¿Estoy dispuesto a dar un paso adelante como los apóstoles cuando Jesús les envió? ¿Eres consciente que Jesús te envía a ti también a anunciar la Buena Nueva, manifestando a los demás las maravillas que Jesús ha hecho contigo? No hace falta hacer grandes cosas, sino actuar en lo pequeño, en el día a día, preocupándote de los demás en el ambiente y sitio donde el Señor te ha puesto.
Te aconsejo también, si te ayuda, leer despacio la Secuencia del Espíritu Santo. En ella podrás descubrir y rezar cómo actúa Dios en tu vida, a través del Espíritu Santo, que es el Amor entre el Padre y el Hijo.
Le pedimos a la Virgen María, nuestra Madre, que nos dejemos inundar por el Amor misericordioso de Dios y que se derrama en nosotros a través del Espíritu Santo.
¡Feliz día de Pentecostés!

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