1 noviembre 2018. Solemnidad de Todos los Santos – Puntos de oración


Para comenzar nuestra oración nos ponemos en la presencia del señor, le pedimos luz al Espíritu Santo para que nos ilumine y nos ayude a hacer oración.
“El Señor lo pide todo, y lo que ofrece es la verdadera vida, la felicidad para la cual fuimos creados. Él nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia mediocre, aguada, licuada.” Con estas palabras comienza la exhortación apostólica “Gaudete et Exultate” del Papa Francisco sobre el llamado a la santidad. Estas palabras resumen muy bien la festividad que celebramos hoy en la Iglesia, el día de Todos los Santos. Todos los que interiorizaron primero estas palabras y las llevaron a la práctica en su vida. Lo mejor de la festividad de hoy es que celebramos a todos sin excepción. Este es el primer punto de nuestra oración de hoy, que Dios no se olvida de nadie, que Dios sueña con todos y desea que todos alcancemos la felicidad para la cual hemos sido creados. A mí personalmente esto me consuela mucho porque seguramente nunca habrá estampitas con mi cara y una oración, pero si lo doy todo por Él, seré santo.  Y darlo todo por Dios solo depende de mí, Él luego pone los medios, nos indica el camino y nos ayuda, pero la decisión es siempre nuestra.
Tras recordar la llamada personal que Dios nos hace a la santidad en el evangelio de hoy Jesús nos da unas instrucciones concretas que nos acercan especialmente a Él, las bienaventuranzas. En ellas, Jesús enumera muchos tipos de personas (Los mansos, los que lloran…) que seguramente alguno hasta se las sabe de memoria. Sin embargo, al leerlo no caemos en la cuenta de que son personas y situaciones reales que ocurren a diario y nos ocurren a nosotros. Os invito a dedicar parte de la oración a leer con calma las bienaventuranzas y ponerle cara a cada una de estas personas, deteniéndonos un poco ellas, pueden ser conocidos, desconocidos, incluso nosotros mismos lo importante es ponerle cara. Debe resultarnos fácil poner cara a estas situaciones porque son muy sencillas, son cotidianas algunas de ellas y accesibles para cualquier persona. Es increíble Jesús no das las claves para la santidad y encima son accesibles para todos. Sin embargo, si pensamos un poquito más allá, podemos ver que todas estas actitudes, estas personas, son las que el mundo de hoy deja de lado, las que no salen en los medios o las que no tienen miles de seguidores en las redes, en resumen, las personas que no encajan con el mundo de hoy tal cual lo conocemos y Dios nos invita a formar parte de estas personas.
Finalmente os animo a darle vueltas a estas ideas, que tenemos una llamada personal a la santidad, que los santos son personas y que el camino es el de las bienaventuranzas que rompe con el mundo de hoy. Para hacer esto lo mejor es siempre ayudarse de nuestra Madre, pedirle ayuda en la oración y después comentar como ha ido porque ella siempre está deseando escucharnos.

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