3 octubre 2018. Miércoles de la XXVI semana del T. O. – San Francisco de Borja – Puntos de oración


La sorpresa, admiración y reconocimiento que se debe al Creador, contrasta con la realidad tan pequeña que somos sus criaturas, “el hombre no es justo frente a Dios”. Esta convicción, es la que Job plantea a sus adversarios, después que ha sido probada su fidelidad a Dios tras múltiples pruebas: “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré a él. El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó”.
Tener conciencia verdadera de ser criatura, y abrirse al Señor, es todo uno. Por eso, el Salmo 87, nos propone profundizar en esa realidad. No somos seres dejados a su suerte. Aunque, nuestra pobreza, puede ser trampolín de un encuentro; que se invoca, se busca y también se halla. “Llegue hasta ti mi súplica, Señor / todo el día te estoy invocando”, son expresiones del que mira a Otro. Y le cuenta sus cosas, hasta tener una sincera confianza, que hace exclamar; “¿Por qué, Señor, me rechazas y me escondes tu rostro?”.
Esta línea de búsqueda y seguimiento, de “Aquel Otro”, que me transciende, pero que es cercano, y puede ayudarme en toda situación, parece romperse en las respuestas que leemos en el evangelio, que hoy nos presenta san Lucas. En efecto, el Dios hecho carne, llama a seguirle y, las respuestas que recibe, en estos casos, son evasivas. Y, lo que se nos dice de la causa de estas, son: tener que seguir a Jesús pobre, poner por delante otros afectos, o bien, continuar añorando aquello que inicialmente dejé por Él.
Tener conciencia de criatura, abrirse a la transcendencia y seguir a Jesús, es lo que nos plantean hoy las lecturas. Y, qué mejor modelo que nuestra Madre para vivir todo esto: ha mirado la humillación de su sierva, - Proclama mi alma la grandeza del Señor, - Junto a la cruz de Jesús estaba su madre. A la luz de este ejemplo, puedo preguntarme lo que de bueno, grande y bello tiene reconocerse pequeño, y lo que esto facilita mi relación con el Señor. Aún más, si he llegado a sentirle, conocerle y amarle, me será imposible no seguirle.

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