16 octubre 2018. Martes de la XXVIII semana del Tiempo Ordinario – Puntos de oración


Hoy Jesús nos invita a observar el fondo de nuestras intenciones, a no quedarnos en las apariencias.
¿Cuál es el motivo de nuestras acciones? ¿Nos buscamos a nosotros mismos o buscamos la voluntad de Dios y el hacer felices a los demás?
La voluntad Suya es que nos amemos entre nosotros como Él nos amó. Y para esto hace falta mucha sinceridad.
«Vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro rebosáis de robos y maldades».
Señor, ¿¡es posible que nosotros como cristianos estemos también cultivando falsedades!? Ojalá no sea así; muéstranos si estamos proclamando con la boca lo que no vivimos con el corazón; ¡cierto que no podemos esperar a ser perfectos para proclamar tu mensaje, pero eso no nos exime de la obligación de intentar cada día vivir con todas las fuerzas el ser cristiano en el presente, alegre y ejemplar! ¡Y mucho menos, que no se nos tenga que reprochar a las puertas del Cielo que tuvimos con nuestros compañeros de la Tierra una intransigencia con la que no podríamos cargar para nosotros mismos!
Humildad, comprensión, evitar las apariencias. Entiéndase bien el evitar las apariencias: no se trata de no cuidar lo físico ni de no medir las palabras, sino de darle el enfoque adecuado y no poner toda nuestra confianza en ello. Dos momentos nos ayudan a realizar bien este enfoque: el rato íntimo que vamos a tener ahora en sosegado silencio con nuestro Amado, y la obediencia en los detalles cotidianos, obediencia enteramente confiada en nuestros padres, hermanos, profesores, jefes, mayores… por quienes Dios manifiesta Su voluntad queriendo conseguir nuestra salvación día a día, en el momento presente.
María, a Ti volvemos nuestros ojos: el modelo para todo adolescente, para todo militante. María buscando seguido la voluntad de Dios haciendo feliz a cada persona que se encontraba; María sincera, alegre, ejemplar, humilde, comprensiva, obediente.

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