12 de enero 2019 – Puntos de oración


«Él tiene que crecer, y yo tengo que menguar.»
Nos ponemos en la presencia del Señor con una actitud de escucha: “Habla, Señor que tu siervo escucha”. Nos vamos serenando haciendo silencio, primero externo buscando una capilla o un lugar silencioso y después interno.  Dejemos por unos instantes fuera de nosotros las preocupaciones que nos distraen ahora y las actividades vividas en el día o que se van a vivir. Invoquemos la ayuda del Espíritu Santo, ofrezcámonos al Señor de la forma más consciente posible. A mí me ayuda mucho en este momento decir la oración de San Ignacio: “Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento, y toda mi voluntad, todo mi haber y mi poseer; Vos me disteis, A Vos, Señor, lo torno. Todo es vuestro, disponed todo a vuestra voluntad; dadme vuestro amor y gracia, que con ésta me basta”.
Como primer punto te invito a meditar la Oración Colecta de la misa del día. Curiosamente tiene una expresión muy de la vida moderna relacionada con la economía y recoge muy bien los sentimientos de la Iglesia en la liturgia del hoy. Y expresa las peticiones que hacen todos los participantes en la misa al inicio de la misma, junto con el sacerdote:
Señor, Dios de vida:
Te pertenecemos plenamente por medio de tu Hijo Jesucristo.
En él nos has llamado a una vida real, libre, expansiva, que traspasa la muerte.
Ayúdanos a desarrollar esta vida con toda su riqueza 
y a atesorarla como un fondo de inversión que no debemos guardarlo para nosotros, 
sino que debemos compartirlo como un don con todos los que nos rodean.
Que tu Hijo viva y crezca en nosotros ahora y por los siglos de los siglos.
Hoy el Evangelio nos presenta un testimonio precioso que a la vez que es todo un programa de vida. Se trata del testimonio del Bautista sobre Jesús contado por el evangelista Juan con matices únicos y muy propios de él. Sucedía que había discusiones entre los discípulos de Juan Bautista sobre el bautismo que realizaban los discípulos de Jesús. Otra curiosidad es que en estos versículos se dice que Jesús bautizaba y un poco más adelante se aclara que en realidad no era él sino sus discípulos los que bautizaban. ¿Cómo es que Jesús bautiza y hace discípulos? Se preguntaban los discípulos del Bautista. Ante esta pregunta, el propio Bautista responde humillándose y reconociendo a Jesús como Mesías. Y utiliza una expresión muy humana y llena de simbolismo: Él (Jesús) es el esposo que recibe a la novia. Esta es el nuevo pueblo de Dios representada en ese momento en los discípulos de Jesús. Juan es humilde y reconoce la verdad. No se siente mal ni suplantado por Jesús o desplazado.
Desde este testimonio se entiende mejor la petición que hacíamos antes con la oración colecta y que te invito a meditar profundamente: Ayúdanos (Jesús) a desarrollar esta vida con toda su riqueza y a atesorarla como un fondo de inversión que no debemos guardarlo para nosotros, sino que debemos compartirlo como un don con todos los que nos rodean.
María es el ejemplo de mujer humilde y creyente que acogió la voluntad de Dios como don, lo guardó en su corazón como el mayor tesoro y lo supo compartir con todos los que la rodeaban.

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