5 de enero 2019 – Puntos de oración


“El que odia a su hermano es un homicida”
El tema del amor es central en San Juan, tanto en su evangelio como en sus cartas. No se cansa nunca de hablar de él, porque sabe lo importante que es para un cristiano. Hay un argumento que repite constantemente. En el amor, como en todos los demás puntos, los cristianos tenemos que imitar a Jesús. Nuestro referente es siempre Jesús. Lo mismo que él nos ha amado, debemos amar nosotros a nuestros hermanos. Lo mismo que él entregó su vida por nosotros, nosotros debemos entregar la vida por los demás. Y es consecuente al hablar del odio, que ocupa el puesto opuesto al amor. Llega a decirnos que el que odia a un hermano permanece en la muerte y es un homicida. Si el amor produce la vida, el odio produce la muerte.   
Por eso, porque sabe que aquí nos jugamos mucho, nos jugamos “la vida”, nos exhorta a amar con los hechos y no solo con las palabras a nuestros hermanos. Si vemos a alguno en necesidad y le podemos ayudar debemos, llevados por el amor, ayudarle, es decir, amarle.
“Has de ver cosas mayores”
Lo decisivo para un cristiano es el encuentro con Jesús. Aun con las características personales de cada uno, hay algo común en todos los que encuentran a Jesús o, más bien, son encontrados por Jesús. Antes o después, Jesús les explica quién es él, para confesar: “Tú eres el Hijo de Dios” y lo mucho que les ama. Como consecuencia de este encuentro, Felipe, Natanael, y tantos y tantos millones de personas hasta el día de hoy han decidido seguir a Jesús hasta el final: “Te seguiré donde quiera que vayas”.
Jesús no se queda con lo revelado en el primer encuentro. A todos sus seguidores, poco a poco, les hace “ver cosas mayores”. Es capaz de regalarles su potente luz para que logren recorrer el camino terreno con luz suficiente, sin las sombras de las tinieblas. Es capaz de asegurarles que nunca les dejará solos, que andará el camino con ellos. Es capaz, de regalarles su amor para que logren amar como él ama y a todos los que él ama. Es capaz de prepararles una estancia en casa de su Padre Dios para que disfruten de la felicidad total por toda una eternidad. Es verdad, Jesús, después de nuestro primer encuentro con él, “nos hace ver cosas mayores”.

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