19 enero 2019. Sábado de la I semana del Tiempo Ordinario – Puntos de oración


La oración es Luz en la búsqueda del hombre. Levadura que fermenta la masa de nuestro ser y de nuestra vida.
Me pongo en presencia de Dios en este sábado que dedicamos a María la madre de Jesús.
Cómo recuerdo esas misas de Santa María en la Iglesia de San José. Caminaba andando desde la calle Écija a la seis treinta de la mañana por las calles del centro de Madrid. Allí nos dábamos cita muchos jóvenes. Qué distinto cuando unos íbamos a Misa y otros venían de sus diversiones nocturnas.
Qué alegría sentíamos cuando, con ese frío, en pleno mes de enero, bajando la Gran Vía a cero grados, íbamos camino de nuestro Hogar para desayunar en compañía de amigos y seguir compartiendo una reunión llena de vida.
Acerquémonos, por tanto, confiadamente al trono de gracia, a fin de alcanzar misericordia y hallar gracia para una ayuda oportuna.
Al leer la lectura sentía la alegría interior.  El evangelio nos dice que Jesús comía con los pecadores.
Jesús siempre estaba enseñando. Dios se acerca a la historia de los hombres para decirnos por donde tenemos que caminar y qué hemos de hacer para crecer en la vida y dejar crecer a los demás. “Al pasar”, yendo de camino, Jesús le ofrece su amistad a Leví, un hombre mal visto, considerado enemigo del pueblo judío, que recogía impuestos para el Imperio Romano. A ese (y a ti y a mí) Jesús le dice: “sígueme”. ¡Qué vería Leví en Jesús, que al instante lo dejó todo y lo siguió! Y es que Él ha venido a salvar, a curar, no a condenar. Y para ello ha de estar cerca de todos, sentarse a su mesa, compartir su vida. No ha venido a “llamar a los justos, sino a los pecadores”. ¿Te sientes llamado por el Señor?
Qué bien podemos pasarlo en este rato de oración. ¿Por qué voy yo al médico cuando estoy mal?
El domingo visitaba con un grupo de amigos el Santuario del Cerro de los Ángeles para ganar el Jubileo en este año dedicado al Corazón de Jesús. Luego visitamos el convento donde está enterrada Santa Maravillas. La guía que nos enseñó el museo consiguió contagiarnos su amor por Santa Maravillas. Y una de los visitantes le dijo a la guía: ¿Por qué hablas con tanto entusiasmo y alegría? Nos dijo que ella le debe la fe a Santa Maravillas, y que ahora ofrece su servicio por el bien recibido.
Jesús, ¿qué siento yo cuando me siento a comer con gente más humilde que yo? No he venido a llamar a los justos sino a los pecadores. Entre ellos me encuentro yo.
¿Cómo me he sentido en este rato de oración? ¿Todavía brilla en mí la luz de Jesús que vino al mundo el 24 de diciembre?

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