30 mayo 2019. Jueves de la VI semana de Pascua – Puntos de oración


Oración preparatoria: Señor, que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de tu divina majestad.
Estamos en los discursos de despedida de Jesús. El fragmento del evangelio de hoy es una profecía que anticipa su muerte y su resurrección. Jesús les habla con parábolas e imágenes. En este caso, con el juego del ver y no ver, y con las alusiones de la presencia y la ausencia, el dolor y la alegría. Pero los discípulos no son capaces de entender.
Quizás es bueno pararse a meditar dos cosas: en primer lugar, el deseo de Jesús de preparar a los suyos para el momento de la prueba, que es una forma de manifestar su amor; en segundo lugar, la incomprensión de los discípulos. Este combinado es muy común en nuestra vida cotidiana: el amor de Jesús que nos rodea nos precede y nos acompaña, y al mismo tiempo nuestra falta de capacidad para entender el plan de Dios y lo que nos pasa.
Si fuéramos sencillos, como María de Nazaret, la incomprensión no nos llevaría a la desconfianza y a dudar del amor. Pero nos falta la humildad y sencillez de María.
¡Cuántas veces me quejo ante Dios de no entender sus planes! Y cuántas veces esa queja me lleva a la desconfianza. Porque no entiendo lo que me pasa, porque vivo en medio de un contratiempo, o porque he sufrido un revés en mi vida, inmediatamente esto deriva en una falta de confianza en el amor que Dios me tiene.
La respuesta de Jesús en el final del evangelio de hoy es una invitación a la confianza: vuestra tristeza se convertirá en alegría. ¡El Señor resucitará! Pero tengamos paciencia para esperar el momento de Dios.
De la mano de la Virgen y a punto de acabar el mes de mayo y de iniciar el mes del Corazón de Jesús te invito a rezar esta oración de la confianza:
Oh, Señor Jesús, a tu Sagrado Corazón yo confío esta intención... Solo mírame, entonces haz conmigo lo que tu Corazón indique. Deja que tu Sagrado Corazón decida...Yo confío en ti... ¡Me abandono en tu Misericordia, Señor Jesús! Ella no me fallará. Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío. Sagrado Corazón de Jesús, creo en tu amor por mí. Sagrado Corazón de Jesús, que venga tu Reino.
Oh, Sagrado Corazón de Jesús, te he pedido por tantos favores, pero con ansias te imploro por esta petición. Tómala, ponla en tu abierto y roto corazón, y cuando el Padre Eterno la mire, cubierta por tu Preciosa Sangre, no podrá rehusarla. Ya no será más mi oración, sino la tuya, Oh Jesús.
Oh, Sagrado Corazón de Jesús, pongo toda mi confianza en Ti. Nunca permitas que me confunda...
Amén.

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