Queridos
hermanos: ¿Quién es el mentiroso sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ese
es el Anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo el que niega al Hijo
tampoco posee al Padre. Quien confiesa al Hijo posee también al Padre. En
cuanto a vosotros, lo que habéis oído desde el principio permanezca en
vosotros. Si permanece en vosotros lo que habéis oído desde el principio,
también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre, y esta es la promesa
que él mismo os hizo: la vida eterna. Os he escrito esto respecto a los que
tratan de engañaros. Y en cuanto a vosotros, la unción que de El habéis
recibido permanece en vosotros y no necesitáis que nadie os enseñe. Pero como
su unción os enseña acerca de todas las cosas - y es verdadera y no mentirosa -
según os enseñó, permaneced el él. Y ahora, hijos míos, permaneced en él para
que, cuando se manifieste, tengamos plena confianza y no quedemos avergonzados
lejos de él en su Venida.
Salmo responsorial (Sal 97, 1 2ab.2cd 3ab.3cd
4)
R. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.
R. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.
Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho
maravillas:
su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R.
su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R.
El Señor da a conocer su victoria, revela a las
naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R.
se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R.
Los confines de la tierra han contemplado la victoria
de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera; gritad, vitoread, tocad. R.
Aclama al Señor, tierra entera; gritad, vitoread, tocad. R.
Lectura del
santo Evangelio según San Juan (1, 19-28)
Éste es el testimonio de Juan, cuando los judíos
enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan a que le
preguntaran:-"¿Tú quién eres?" Él confesó y no negó; confesó:
-"Yo no soy el Mesías." Le preguntaron: -"¿Entonces, qué? ¿Eres
tú Elías?" Él dijo: -"No lo soy." -"¿Eres tú el
Profeta?" Respondió:-"No." Y le dijeron: -"¿Quién eres,
para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti
mismo?" Él contestó:-"Yo soy la voz que grita en el desierto:
«Allanad el camino del Señor»como dijo el profeta Isaías." Entre los
enviados había fariseos y le preguntaron: -"Entonces, ¿por qué bautizas si
tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?" Juan les respondió:
-"Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el
que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la
sandalia." Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde
Juan estaba bautizando.