Hermanos:
Cristo es mediador de una alianza nueva: en ella ha habido una muerte que ha
redimido de los pecados cometidos durante la primera alianza; y así los
llamados pueden recibir la promesa de la herencia eterna. Pues Cristo ha
entrado no en un santuario construido por hombres - imagen del auténtico,- sino
en el mismo cielo, para ponerse ante Dios, intercediendo por nosotros. Tampoco
se ofrece a si mismo muchas veces - como el sumo sacerdote, que entraba en el
santuario todos los años y ofrecía sangre ajena; si hubiese sido así, tendría
que haber padecido muchas veces, desde el principio del mundo -. De hecho, él
se ha manifestado una sola vez, al final de la historia, para destruir el
pecado con el sacrificio de sí mismo. Por cuanto el destino de los hombres es
morir una sola vez. Y después de la muerte, el juicio. De la misma manera,
Cristo se ha ofrecido una sola vez para quitar los pecados de todos. La segunda
vez aparecerá, sin ninguna relación al pecado, a los que lo esperan, para
salvarlos.
Salmo responsorial (Sal 97, 1. 2-3ab. 3cd-4.
5-6)
R. Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.
R. Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.
Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho
maravillas:
su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R.
su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R.
El Señor da a conocer su victoria, revela a las
naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R.
se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R.
Los confines de la tierra han contemplado la victoria
de nuestro Dios.
Aclamad al Señor, tierra entera; gritad, vitoread, tocad. R.
Aclamad al Señor, tierra entera; gritad, vitoread, tocad. R.
Tañed la cítara para el Señor, suenen los
instrumentos:
con clarines y al son de trompetas, aclamad al Rey y Señor. R.
con clarines y al son de trompetas, aclamad al Rey y Señor. R.
Lectura del santo evangelio según san Marcos
(3, 22-30)
En aquel
tiempo, los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: -«Tiene dentro a
Belzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios.» Él los
invitó a acercarse y les puso estas parábolas: -« ¿Cómo va a echar Satanás a
Satanás? Un reino en guerra civil no puede subsistir; una familia dividida no
puede subsistir. Si Satanás se rebela contra si mismo, para hacerse la guerra,
no puede subsistir, está perdido. Nadie puede meterse en casa de un hombre
forzudo para arramblar con su ajuar, si primero no lo ata; entonces podrá
arramblar con la casa. Creedme, todo se les podrá perdonar a los hombres: los
pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el
Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre. » Se
refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo.