1 septiembre 2019. Domingo XXII del Tiempo Ordinario (Ciclo C) – Puntos de oración

Para comenzar nuestra oración nos ponemos en la presencia del señor, le pedimos luz al Espíritu Santo para que nos ilumine y también podemos pedir la intercesión de algún santo.
En el día de hoy la Iglesia nos propone un pasaje del evangelio muy interesante. En este pasaje Jesús va a comer a casa de un fariseo y les explica la parábola de los puestos de un banquete. Con esta parábola Jesús nos invita a vivir escogiendo siempre los últimos puestos, lo que a día de hoy supone vivir de una manera radicalmente opuesta al mundo. Esta llamada a vivir sin buscar el reconocimiento social hay que concretarla en detalles de nuestra rutina para hacerla vida de verdad. Ahora que volvemos a la vida diaria es muy interesante y os invitaría a proponernos y sobre todo pedir la gracia de vivir de esta manera y actuar así en todo.
El evangelio termina con un comentario de Jesús hacia el fariseo que le había invitado explicándole que es mejor invitar a las pobres que no te lo pueden devolver que a los ricos. De nuevo este comentario se puede leer en primera persona, como si Jesús nos los dijera a nosotros, ya que muchas veces nos cuesta dar y darnos de verdad, sin recibir nada a cambio o todavía más difícil darnos siendo conscientes que no vamos a recibir nada. De nuevo sería muy bonito empezar este nuevo curso revisando qué cosas nos hemos reservado para nosotros, en qué situaciones solo hemos dado a quién sabíamos que nos iba a devolver para poder cambiar y empezar a darnos de verdad.
Podemos resumir las ideas anteriores en la frase de la primera lectura: “Actúa con humildad en tus quehaceres”; que la tengamos muy en cuenta durante el día de hoy y durante el principio de curso.  Además, hoy domingo día del Señor que podamos hacer reales las palabras de san Pablo en la segunda lectura y nos acerquemos al Dios vivo en la eucaristía de hoy, que no sea un domingo más, sino que nos acerquemos verdaderamente a Él.
Para acabar nuestro rato de oración hoy no puede faltar un pequeño coloquio con la Virgen, que pongamos a sus pies todas nuestras inquietudes, ilusiones y proyectos de este inicio de curso. Y también comentar con ella como nos ha ido la oración.

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