21 septiembre 2019. San Mateo, apóstol y evangelista – Puntos de oración


Empezamos nuestra oración invocando al Espíritu Santo: “Ven Espíritu Divino e infunde en nuestros corazones el fuego de tu amor”.
En los puntos de oración de este día haremos hincapié en lo que Dios nos pide como requisito para poder seguirle en profundidad: abandonar todo lo que nos ata en este mundo, dejando todo eso atrás para darnos por entero a Él, como Él se nos da.
Es muy bueno imaginar y pensar el encuentro de Mateo con Jesús, como la historia de un maravilloso intercambio. Intercambio que es misterio, porque sólo Dios y cada uno saben lo que ponen en juego.
Lo cierto de esta historia es que el “encuentro” con Jesús, cambia hasta el extremo los proyectos de Mateo. El “sígueme” contundente de Jesús le da la vuelta a la vida de este recaudador de impuestos. La respuesta pronta y sencilla no se hizo esperar, abandona la seguridad de su “puesto de recaudador”, lo deja TODO y se arriesga por la sorpresa que Jesús le tenía preparada.
Y la primera sorpresa fue el tener que sumarse al grupo de los pescadores, de esa gente de la cual él se aprovechaba. Debió ser muy difícil tener que mirar a los ojos a todos esos hombres, pero la presencia de Jesús que todo lo transforma provocó el milagro patente ya no sólo en Mateo sino en todos los apóstoles, que volvieron a responder sencilla y rápidamente poniéndose todos en camino junto al maestro.
Jesús no le preguntó a Mateo cuantos pecados tenía, ni siquiera si había devuelto lo supuestamente mal recaudado… Solo le dijo: Sígueme. A pesar de las críticas que generó el tener a un “publicano-pecador” entre los suyos, Jesús hace caso omiso y sigue adelante con su proyecto. Y más aún, come con ellos. Y es que la misión de los seguidores, los destinatarios de esa misión no son solamente las personas “buenas” sino principalmente los pecadores, porque no son los sanos que necesitan médico sino los enfermos. El Señor nos invita a ser misericordiosos con todos, sin excluir a nadie. Examinemos hoy nuestra actitud a este respecto y pidámosle coraje para que podamos nosotros responder al Señor con la misma prontitud que lo hizo Mateo.

Archivo del blog