La oración es un camino que parte de la
fe, avanza por la esperanza y culmina en el amor. Amor itinerante, receptivo
siempre al don del Espíritu.
Hoy festividad de la exaltación de la
Santa Cruz. Ponemos como intención el día de acción de gracias del Grupo de
Santa María por sus 25 años de acción de gracias. Leemos las lecturas.
· Cuando una serpiente mordía a alguien, este miraba a
la serpiente de bronce y salvaba la vida.
· El salmo nos dice: No olvidéis las acciones
del Señor.
· Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo,
el Hijo del hombre.
Hoy la iglesia vuelve a mostrar su
fuerza. No tiene otra más que a Cristo Crucificado. Lo muestra a toda la
humanidad. Lo quiere enseñar a los que sufren, a tantas personas cuya vida es
prolongación de aquella pasión. Quiero mostrar la fuerza paradójica de una
pasión de amor, porque amó más que padeció. Una fuerza escandalosa pero llena
de vida porque en la muerte del Hijo de Dios ha surgido de nuevo la vida. Hoy
se nos invita a descubrir la sabiduría misteriosa de la cruz, la del amor de
Jesús. Un amor que llega hasta el fondo. Un amor que nos salva. En su entrega
hemos sido salvados. Su entrega, escándalo entonces y hoy, es fuente de vida,
de misericordia, de paz. Es reconciliación. Porque en los brazos abiertos del
crucificado encontramos el abrazo de Dios a la humanidad que nos invita a
confiar en un amor hasta el extremo. Contemplar la cruz es una gracia y un
misterio desconcertante: “Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito”
(Jn, 3-16) Y este misterio es el que la Iglesia desea presentar y regalar a
todos los hombres.
Te adoremos, oh, Cristo, y te
bendecimos: porque con tu cruz has redimido al mundo.
Podemos pedir a Dios en este rato de
oración aceptar la Cruz. El otro día estaba haciendo la oración después de los
Ejercicios, con muchas propuestas. A los pocos días, ya estaba como que me
costaba aceptar el sufrimiento. Veía a cada uno y decía: “todos tenemos
nuestra Cruz”. Siempre me acuerdo mucho de mi madre. Repetía muchas veces. “En
esta vida o te abrazas a la Cruz o vives amargado”.
¿Cómo llevo yo mi cruz estos días, en mi
vida, en la familia, en el trabajo, con los amigos...?
A La Cruz por la Luz.