7 septiembre 2019. Sábado de la XXII semana del Tiempo Ordinario – Puntos de oración

Estas pistas o puntos de oración quieren ser una ayuda para entablar ese diálogo íntimo con el Señor que es la oración. Para estar con Jesús como con un amigo. Unas veces hablándole, o atento a lo que nos dice, y otras muchas, mirándole simplemente en contemplación.
En la primera lectura, san Pablo pide a los colosenses que traigan a la memoria todo el bien recibido desde que escucharon y aceptaron el Evangelio de Jesucristo. “Antes estabais también vosotros alejados de Dios”. Pensemos ahora en este ratito lo cercano o lejano que está Dios de nuestra vida. ¿Qué es lo que más me llena? ¿Quién o qué me motiva a actuar? ¿Cuáles son mis pensamientos preferidos, mis sueños y, los quehaceres que más me absorben? Pensemos qué lugar ocupa Dios en nuestra vida. Qué lugar ocupó no hace mucho y si desde hace algún tiempo, poco a poco, se ha ido al fondo y está ahora tapado por capas de sedimentos. Traigamos a la memoria todo lo que Jesucristo ha hecho por nosotros: gracias a la muerte que Cristo sufrió en su cuerpo de carne, Dios os ha reconciliado para haceros santos, sin mancha y sin reproche en su presencia. Pidamos la gracia de ver, de reconocer tanto bien recibido. La gracia de permanecer cimentados y estables en la fe, e inamovibles en la esperanza del Evangelio que es Cristo vivo, actuando en nuestras vidas y por medio de nosotros en la de otros muchos.
Si unimos la meditación de la primera lectura con la del Evangelio del día, nos podemos seguir preguntado por lo que hay “dentro” de nosotros, por lo que nos motiva a obrar, a amar. ¿Por qué hacemos las cosas? ¿Somos realmente libres? Los discípulos de Jesús no cumplían la norma del sábado, no estaban apegados como los fariseos a las apariencias externas. Se sentían libres porque estaban con Jesús. En la oración nos debemos sentir totalmente libres porque Jesús está con nosotros. Está vivo en nosotros y nosotros con Él en su Iglesia. El cumplimiento de las normas externas sin una verdadera pureza de intención no tiene valor ante Dios y además las normas religiosas deben estar referidas a Jesús, que es el Señor: «El Hijo del hombre es señor del sábado.» Y antes había dicho: “El sábado es para el hombre, no el hombre para el sábado. Dios ha entregado todo al hombre, incluso a su propio Hijo. Dios no nos quita la libertad, todo lo contrario, nos hace libres.  Sin embargo, hay cosas dentro y fuera de nosotros que nos pueden esclavizar. ¿Cuáles son mis cadenas?
Que María, mujer orante, nos ayude a estar con Jesús. Ella nos lo entrega de nuevo cada día en la oración. Vamos a Jesús por María, conocemos a Jesús por María y seguimos a Jesús con María. Ella es el mejor método de oración.

Archivo del blog