El evangelio de este día nos invita a
pensar en los jóvenes que por distintas razones viven alejados de la fe. Jesús
quiere salir a su encuentro y darles la vida que ha traído; “yo he venido para
que tengan vida y la tengan abundante”. Cristo vive y quiere a los jóvenes
llenos de vida.
La Iglesia ha vivido una etapa sinodal
centrada en los jóvenes y quiere hacer de los jóvenes protagonistas de su vida,
no ya únicamente como futuro sino también como presente. Oremos para que esto
sea una realidad con jóvenes movidos por el Espíritu Santo.
“Jesús se compadeció”. Jesús recorre las
calles de nuestras ciudades y se compadece de las distintas realidades de
miseria que contempla. Se compadeció de aquella mujer que veía perdido su único
apoyo y realizó una de las tres resurrecciones de que nos hablan los
evangelios. Jesús puede también hoy compadecerse de la vieja Iglesia europea y
poner en píe jóvenes cristianos que la devuelvan su vitalidad para bien del
mundo.
Santa María, peregrina de la fe, ruega
por nosotros.