2 septiembre 2019. Lunes de la XXII semana del Tiempo Ordinario – Puntos de oración

Siempre que leo o medito, el evangelio que hoy nos presenta la Iglesia, me impresiona la facilidad con que el ser humano puede pasar de la admiración al recelo..., al desprecio..., e incluso a la violencia..., y me pregunto ¿por qué?
No es fácil responder a esta pregunta, pero si es fácil experimentar lo mucho que nos cuestiona... Hay en nosotros algo que nos impide aceptar una verdad, cuando de nosotros se trata, sobre todo si esta verdad no es agradable, o plausible… Es como si tuviéramos miedo a afrontar la realidad de nuestra vida, o que esta pudiera ser cuestionada por los demás…
Que importante es que cimentemos nuestra existencia en la auténtica verdad que es Jesucristo, y no en apreciaciones personales, ajenas, o externas… Para ello debemos cuestionarnos constantemente, con humildad y confianza en Dios. ¿Qué me dice a mí esta palabra de Dios hoy: «En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo?  ¿Lo somos nosotros? Pues entonces, o no estamos en la verdad..., o no decimos la verdad de palabra o de obra… La verdad, si es verdad, cuestiona siempre, primero al que la dice y luego al que la oye…, y es que la verdad nos hace libres, siempre que queramos salir de la esclavitud…
Hoy en mi oración me preguntaré sobre la verdad o verdades de mi vida cristiana, y lo haré con unas cuantas preguntas sencillas:
¿Qué suscita en los demás mi palabra..., mi predicación..., mi apostolado?
¿Va mi testimonio por delante de lo que digo...?
¿Cuándo fue la última vez que experimente algún rechazo o contradicción...?
¿Cómo reacciono cuando no se me interpreta bien…?
¿He sufrido alguna vez persecución en mi vida...?
Y termina el evangelio de hoy con ese empujar a Jesús “fuera de la sinagoga con intención de precipitarlo desde el monte, sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo…. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino”.
Que se nos quede grabada en el alma la escena, para que estemos preparados cuando tengamos que dar testimonio de la verdad en nuestra familia, entre nuestros compañeros, o en la calle…

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