Nos ponemos en presencia del Señor.
Invocamos al Espíritu Santo, luz de nuestra inteligencia, fuerza de nuestras
voluntades, amor en nuestros corazones. El Espíritu permite que ya no sea
yo quien viva en mí, sino Cristo. Permite que la vida de la gracia que
recibimos en el bautismo llegue a su plenitud. Permite que irradie la luz con
la que me llena e ilumine a los que están a mi alrededor. Permite que mis
sentimientos y pensamientos sean los suyos. Por eso podemos decir con el salmo:
será un árbol plantado junto al agua, que alarga a la corriente sus raíces; no
teme la llegada del estío, su follaje siempre está verde; en año de sequía no
se inquieta, ni dejará por eso de dar fruto. Ese árbol que en el desierto sería
algo buscado por tantos y tantos en Israel, pues cerca están las aguas. A su
alrededor será lugar de descanso, lugar de encuentro. Qué pena el hombre en quien
no habita y crece el Señor, con que fuerza y dureza lo describe el Salmo: Será
como cardo en la estepa, que nunca recibe la lluvia; habitará en un árido
desierto, tierra salobre e inhóspita. ¿Qué corazones tan duros, impermeables
están a nuestro alrededor? Señor hazme tierra fecunda que acoja y germine al
Salvador.
Si el Señor vive en nosotros, para eso
oramos y pedimos en la oración, ¿Cómo es nuestra vida? ¿Cómo es mi relación con
los demás? Sean cercanos, lejanos, creyentes, ateos… ¿los veo con los ojos de
Cristo que vive en mí, los quiero con su Corazón? O les dejo las migajas de mi
tiempo, de mi disponibilidad, de mi cercanía, de mis cosas. ¿Les invito a
participar de mi comida? Es decir, comparto mi vida con ellos. Quizás estemos
afectados por esta ola de individualismo que nos lleva a recluirnos en nuestras
casas, en nuestras cosas. O quizás es que tengo tantas cosas que hacer. Nos
imaginamos al Señor celoso de su tiempo, programando sus actividades, negándose
a tantos y tantos servicios. Que particularice mi actitud de servicio en esta
cuaresma, sobre todo con los más necesitados. Quizás están muy cercanos a
nosotros, hasta comparten mesa.