29 marzo 2020. Domingo V de Cuaresma (Ciclo A) – Puntos de oración


Empezamos la oración ofreciendo al Señor nuestras intenciones, acciones y operaciones para que sean puramente ordenadas al servicio y alabanza de Su divina majestad.
Este domingo V de Cuaresma la liturgia es especialmente riquísima en su mensaje. Ya desde la primera lectura donde el profeta nos dice: “Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os haré salir de vuestros sepulcros, pueblo mío, y os traeré a la tierra de Israel” y luego “Os infundiré mi espíritu, y viviréis” tenemos materia de meditación y son palabras que nos anticipan de algún modo al Evangelio. Entre todas las posibilidades que hay para meditar el texto de San Juan, a mí por lo menos me ayuda mucho meterme en la escena como si presente me hallase y ponerme en el lugar Lázaro, a quien Jesús hizo salir del sepulcro infundiéndole vida. Fuera de los apóstoles, no se ve en los Evangelios que Jesús haya mantenido una relación de amistad tan estrecha como con Lázaro. Jesús lloró por la muerte de su amigo, aun sabiendo que lo iba a resucitar, se conmovió por el dolor de sus hermanas y por sus amigos más cercanos. Jesús lloraría así por ti, por mí? Que no lo dudemos. Sintámonos amigos de Jesús, pues lo somos, y él sabe de nuestra condición“Señor, el que amas está enfermo”. Al igual que Lázaro también hemos muerto por el pecado y nos encontramos en las tinieblas del sepulcro. Incluso podría usar la imaginación y los sentidos para hacerme una idea de cómo sería aquel lugar. De repente Jesús irrumpe en mi existencia, retira la piedra que me mantenía encerrado en mí mismo y me infunde su Espíritu de vida: “Lázaro, sal fuera”. Recordemos ese momento de conversión en nuestra vida y renovemos nuestro amor y fidelidad al Maestro.
Para Abelardo ese momento de conversión se produce al escuchar las palabras que Jesús dice a Marta: “Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?”Que vivamos esta última semana de Cuaresma, con redoblado deseo de entrega a Dios manifestado en pequeños actos de caridad para con el prójimo, ahora que estamos en cuarentena es momento propicio para hacerlo, la convivencia se hace más estrecha y debemos de generar con mayor empeño espacios de paz y de concordia entre los que formamos una familia. Mirémosla a Ella, que aprendamos de la Virgen a saber esperar.

Archivo del blog