Para comenzar nuestra oración nos ponemos en la presencia del señor, le
pedimos luz al Espíritu Santo para que nos ilumine y nos acompañe en estén rato
de oración. Y también que nos guía durante este año nuevo que comenzamos
hoy.
Hoy os propongo dos temas para la oración extraídos de las lecturas de
hoy: las bendiciones de Dios y Santa María, Madre que acoge.
En la primera lectura y el salmo me ha sorprendido la cantidad de veces
que aparece la palabra bendición o bien alguno de sus derivados. A veces
aparecen como promesas de Dios y otras como peticiones, pero siempre dirigidas
de Dios a nosotros. Y es que Dios nos bendice día a día y de muchas maneras.
Dios recibe nuestras peticiones de bendición y las cumple. Y además en esta
época del año celebramos la mayor de las bendiciones, que es el nacimiento de
Jesús. Como dice San Pablo en la segunda lectura: «Como sois hijos, Dios envió
a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo» Hemos recibido en nuestros
corazones al mismo Dios hecho hombre y día a día Dios busca cualquier
oportunidad para bendecirnos porque somos hijos suyos. Simplemente os invito a
caer en la cuenta de que somos hijos bendecidos por un Padre que nos ama sin
medida y que esta Navidad se ha hecho pequeño para entrar en nuestros
corazones.
Hoy celebramos la fiesta de Santa María, Madre de Dios. El evangelio nos
narra un pasaje en el portal de Belén en que menciona muy brevemente a María.
Sin embargo, describe uno de los rasgos bonitos de María y que es también muy
de madre: «conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.» La Madre
de Dios y también madre nuestra, nos da un bello ejemplo de cómo vivir,
afrontar las situaciones más excepcionales y también las más cotidianas,
meditándolas en el corazón. Y es que, Dios se hace presente en nuestros
corazones y es allí justo donde María medita y guarda toda su vida, en lo
profundo e íntimo de su corazón. María, como buena madre, nos enseña donde
encontrar a su hijo, en su corazón y también en el de cada uno de
nosotros.
Y para terminar este momento de oración, os invito como siempre ha compartir unos minutos finales de coloquio con nuestra madre la Virgen. En un día tan especial como hoy, fiesta de la Virgen y día de año nuevo, tened un pequeño detalle con ella antes de acabar la oración.