Espíritu Santo…, ven.
Santa María, intercede…
(Breve momento de silencio para entrar en la presencia de Dios, que
esperaba ardientemente este encuentro conmigo).
«¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?» Y mirando a los que estaban
sentados alrededor, dice: «Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la
voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre».
El Hijo permanece en íntima unión con el Padre, con el Espíritu Santo.
Jesús es Hijo. Y sólo desde filiación se entiende su vida. Todo en su vida está
orientado al Padre.
¿Qué significa comenzar a ser cristiano? Haber sido rescatado por el
Bautismo, consagrado para Dios, elegido del mundo, para sin ser del mundo,
vivir en el mundo. Somos hijos en el Hijo. Nuevas criaturas. «Estos son mi
madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi
hermana y mi madre».
Contemplar la vida de Cristo nos pone en relación con el Padre, nos
remite a Él. Comenzar a ser cristiano significa empezar a vivir la vida como
hijo, como hermano…, y llegar a ser padre/madre. Y ser hijo, es vivir en
confianza, en los brazos de su padre. No hay espacio para el miedo ni la
angustia donde hay amor.
Últimos minutos para un coloquio con la Virgen. Ella es la hija en el
Hijo, siendo su Madre, siendo nuestra madre, misterio de fe: recoger lo que ha
sucedido en esta oración, qué me ha comunicado el Señor, cómo se me ha
mostrado, o quizá dónde me esperaba y yo le he evitado. Reconocer su acción, e identificar
mi respuesta.
Acabar dando gracias… No cansarse nunca de estar empezando siempre, es creer que Dios es Padre, y nosotros sus hijos.