19 enero 2021, martes de la 2ª semana de Tiempo Ordinario. Puntos de oración

1. Cuando Dios hizo la promesa a Abraham…juró por sí mismo, diciendo: Te colmaré de bendiciones y te daré una descendencia innumerable (Heb 6, 10)

En medio de este tiempo de incertidumbre, de provisionalidad, desánimo y desconfianza San Pablo nos comparte palabras llenas de esperanza animándonos a cada uno de nosotros a mantener hasta el fin el mismo fervor y diligencia, para alcanzar la plenitud porque está anclada en el interior del santuario, ahí donde Jesús entró, precediéndonos, constituido sumo sacerdote, como Melquisedec. Sólo Cristo tiene palabras de vida eterna, seguras, verdaderas y, por tanto, fundamento del verdadero gozo. 

2. Doy gracias al Señor de todo corazón (Salmo 111)

Nuestra vida es gratuidad recibida y gratitud devuelta. A mí me encanta susurrar cantando “te doy gracias, Señor de todo corazón…delante de los ángeles tañeré para Ti”. Por tus grandes obras, por tu bondad y compasión, por ser fiel a la alianza eterna, por enviarnos la redención…Y la lista se hacer interminable. Nuestra vida es una salmodia silenciosa, un magníficat permanente.

3. “El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado. Y el Hijo del hombre también es dueño del sábado” (Mc 2, 23)

Jesús da respuesta a toda cuestión por difícil que sea. Su “lógica” es aplastante. Cuando tenemos claros los fines, los objetivos, los porqués, los medios, los instrumentos, los cómos vienen por sí solos. En nuestros Ejercicios san Ignacio una y otra vez nos pone en “principio y fundamento”: el hombre es creado para ser feliz, para ser santo, para adorar, para alabar, para servir (a Dios y al prójimo) …SIEMPRE, sea sábado, domingo o lunes. De este modo seremos como Él “dueños” y nunca esclavos de los medios. 

¡Qué gozo saber que nuestro Dueño es el Señor que nunca muere! ¡Qué alegría experimentar la dulce libertad de estar completamente atados a nuestro Dueño! ¡Habla, Señor Dueño mío, que tu siervo te escucha y quiere servirte como la Sierva, desde el “hágase” de la Anunciación, hasta el “estar” del Calvario!

PAPA FRANCISCO:

Esta forma de vida apegada a la ley los alejó del amor y la justicia. Se preocupaban por la ley y descuidaban la justicia. Se desvivían por la ley y descartaban el amor. En cambio, la forma de vida que Jesús nos enseña es totalmente opuesta a la de los doctores de la ley. Y este camino del amor a la justicia es el que conduce a Dios. Por eso, esa otra forma de estar apegado sólo a la ley, a la letra de la ley, lleva a la clausura, lleva al egoísmo. El camino que va del amor al conocimiento, al discernimiento y a la plena realización, es la via que conduce a la santidad, a la salvación, al encuentro con Jesús. En cambio, ese otro camino cerrado sólo conduce al egoísmo, al orgullo de sentirse justo, a esa santidad entre comillas de las apariencias, ¿no? (Papa Francisco Santa Marta - 31 de octubre de 2014).

Archivo del blog